Muchas radios comunitarias han abierto sus puertas a nuevas formas de comunicación por computadora, desde donde comienzan a transmitirse mensajes o programación radial. El denominado “streaming”, que permite la emisión de productos puntuales por Internet sin necesidad de tener que llenar una grilla de programación de muchas horas, facilitando de esta forma los esfuerzos radiales específicos para tener una excelente cobertura y puedan ser escuchados por cientos de oyentes.
Las TICs también son utilizadas para editar la programación, obtener, compartir y almacenar recursos, información, música y audio, y mantener una comunicación fluida con la audiencia, cada vez más inquieta y activa.
A esto vale agregar el teléfono móvil que permite que ya no se precise que los reporteros en exteriores cuenten con grandes equipos para poder transmitir, sino que con la ayuda de un pequeño teléfono celular de bajo costo, con su tarjeta prepaga, pueda recoger testimonios, informar al minuto y participar de los hechos sin trabas, incluso enviando imágenes al sitio Web de la emisora. Es decir que a través de este medio tecnológico todos podemos ser reporteros ante un hecho o noticia.
Los avances tecnológicos también han permitido la instalación de radios abiertas como apoyo a campañas en la vía pública, petitorios y marchas, reforzando así la visibilidad y repercusión del esfuerzo. La Corriente Clasista y Combativa, entre otros, se caracteriza por realizar un uso muy creativo de la radio abierta en sus movilizaciones y acciones gremiales.
Es interesante señalar que, debido a la buena repercusión de la tarea de las radios comunitarias, éstas han pasado a ser elementos indispensables en la tarea de los movimientos de base. Tal es así que el gobierno nacional, en más de una oportunidad, ha decidido apoyar estas iniciativas, como a modo de ejemplo se puede enunciar “el reconocimiento oficial por el COMFER de la radio comunitaria FM Pocahullo (de la comunidad mapuche de Neuquén).
Otra experiencia singular es la FM Radio Gráfica “Recuperando el aire” – en la que participamos – que funciona en una de las empresas recuperadas en el Barrio de Barracas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, luego de la crisis económica de diciembre de 2001. Esta emisora fue instalada en la imprenta Cooperativa Gráfica Patricios y su programación está a cargo de los trabajadores y trabajadoras. Si bien por el momento su alcance es limitado, esta radio está abierta a la participación de los alumnos de la escuela secundaria y del centro cultural que funcionan dentro de la cooperativa.
También merecen una mención especial las radios rurales pertenecientes al Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE). Estas radios se caracterizan por su militancia en defensa de las familias campesinas cuyas propiedades están amenazadas por los grandes terratenientes, por su lucha ecologista y por su cuestionamiento de las políticas agrícolas que no tienen en cuenta las necesidades alimentarias de la población, sino que sólo piensan en producir para el mercado internacional.
En la acción política, la organización “Jóvenes de Pie”, del Movimiento “Barrios de Pie”, alienta los talleres de capacitación en comunicación social y periodismo para incentivar el uso de la prensa y la radio populares con el fin de expresar las necesidades y los derechos de la población. Los nuevos medios de comunicación creados por este movimiento, con la colaboración de universidades y agrupaciones estudiantiles, han permitido construir conocimientos desde la gente y vincular la capacitación con proyectos concretos de comunicación barrial.
Por lo expresado podemos ver como los medios de comunicación comunitarios apoyados por las TICs están orientados a funcionar como una herramienta democratizadora de la sociedad, comprometidos con la defensa de sus derechos, comenzando por el derecho a pensar y expresarse libremente.
Como también surgieron de aquellas comunidades cuando sintieron la necesidad de dejar de ser consumidores pasivos de información para convertirse en protagonistas, generadores y portadores de sus culturas; como en otros casos encontraron en estos medios comunitarios las únicas voces con las que se cuenta para demandar mejores condiciones de vida.
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