Subjetividad socialmente instituida

Cuando estamos leyendo un libro, estamos obligados a subrayar, identificar ideas principales, producir resúmenes, etc. hasta incluso en algunos casos somos sometidos a rituales de evaluación, es decir somos Subjetividad pedagógica, es decir que el sujeto a través de un sinnúmero de prácticas se le instituye la SUBJETIVIDAD. A través de esta descripción queda claro que requieren de MEMORIA, ya que es una condición esencial para llevarlas a cabo y que la memoria se instituye como EFECTO DE LAS PRÁCTICAS PEDAGÓGICAS, pero para llevarlas a cabo se requiere CONCENTRACIÓN, es decir estar en un lugar en intimidad con mi conciencia y alejado de cualquier ESTÍMULO que interfiera con esa relación de INTERIORIDAD que se establece con mi conciencia para pensar.

En cambio cuando uno mira tele o escucha radio (Discurso Mediático), siempre está haciendo otra cosa –nadie mira la TV pensando o concentrado en la pantalla- esta situación frente al discurso pedagógico (interioridad – concentración), requiere de (EXTERIORIDAD Y DESCENTRAMIENTO), es decir que uno está sometido a la mayor diversidad de ESTÍMULOS posibles –ya sean auditivos, visuales, etc- dejando como tesis que el discurso mediático NO INSITUYE LA MEMORIA

Hoy la subjetividad socialmente instituida está saturada de estímulos (HIPERESTIMULACIÓN), produciendo desconcentración caracterizando un predominio de la PERCEPCIÓN sobre la CONCIENCIA. Es decir que la subjetividad contemporánea es una subjetividad en que la percepción unifica la conciencia, instituyendo un tipo de relación con el tiempo (práctico) sin pasado ni evolución.